Aunque parece broma, el Marketing de los 50s se ha convertido en la estrategia del Siglo XXI
Cuando mencionamos la edad dorada de la publicidad, llegan a nuestra mente los anuncios publicitarios de los años 50s y 60s; aquellos carteles, en su mayoría, pintados a mano y con un toque familiar muy único que terminaron convirtiéndose en obras de arte del mundo pop. Después de la Segunda Guerra Mundial, las personas tuvieron que volver a retomar el rumbo de sus vidas, y esto significó darle un giro a la publicidad también: más caras felices, mayor libertad y un sentimiento de victoria.

Es simple de entender: el marketing de los años 50s vendía un estilo de vida estable y llena de lujo. Se trata de una constante búsqueda por la paz colectiva, especialmente después de un inicio de siglo bastante caótico. Suena bien, y justo por eso, hemos analizado el “rescate” de este diseño en particular durante el 2022.
¿Qué tiene de atractivo? Si se trata del boom publicitario, algo debe tener de magnífico, ¿no?

Para empezar, lo que distingue a la publicidad de los años 50s es la estética que se divide en lo siguiente:
- Colores llamativos y vibrantes
- Slogans cursis
- Dibujos en estilo de cómic
- Referencias al estilo de vida de clase media
- Tipografía interesante y llamativa
- Escenas exageradas y/o idealizadas
- Ilustraciones dramáticas
Se trata de todo un concepto: artes que parecen sacados de una cómic y narran una historia con solo un par de expresiones faciales y colores brillantes. Al mismo tiempo, estos personajes te brindan la sensación de que eres el protagonista de dicha historia; la clave perfecta para que un consumidor se relacione con la marca. Se captura la realidad y se le agregan valores positivos, así el público puede comprar la idea de que un producto brinda plenitud.

Sin embargo, no es tan sencillo como suena. Mostrar felicidad no crea una conexión automática. Siendo así, ¿cuáles son las preguntas que nos debemos responder para realizar estas acciones? Te las dejamos aquí para su reflexión:
- ¿Cuál es el estilo de vida del mundo?
- ¿Y de mis clientes?
- ¿Compraría lo que yo vendo? ¿Por qué?
- ¿Qué parte de la vida de mis consumidores mejoro al darles mi producto?
- ¿Cómo se vería la historia de alguien cuya vida es mejor gracias a mi producto?
Una vez planteadas y resueltas las preguntas, obtendrás mayor claridad al momento de querer ofrecer una “buena vida”. Recordemos que la idealización de un concepto y ponerlo como protagonista de una historieta nos ayuda muchísimo a generar confianza en un producto.
No podemos negar que el marketing de los 50s creó toda una revolución en la publicidad, revolución que sigue existiendo hasta ahora. Y aunque nos anuncios modernos parecen no tener mucho en común, aquí te dejamos un ejemplo reciente que utilizó elementos de los 50s. ¿Cuáles encuentras?

En retrospectiva, este tipo de publicidad ha abierto las puertas a la innovación, y no porque sea necesariamente nueva, sino porque los elementos que utiliza son universales y carismáticos.” – Mercarte.